Familiares y amigos de víctimas de la Tragedia de Once realizaron este miércoles un acto homenaje para «mantener viva la memoria» y «trabajar para que no vuelva a pasar lo mismo», al cumplirse el 11° aniversario del siniestro ferroviario ocurrido en la estación cabecera del tren Sarmiento, en febrero del 2012.
«Encendemos la sirena para despertar a la memoria. El camino judicial no marcó un final, sino que fue un paso más en un largo camino que creemos nunca va a acabar. Siempre vamos a estar presentes para señalar las cosas que son importantes para que nadie más tenga que atravesar lo que pasó con nosotros», sostuvo el padre de Lucas Menghini Rey de 20 años, la última víctima en ser hallada unas 60 horas después del accidente.
Durante el acto se leyó un documento centrado en tres grandes ejes: la confirmación de la pena a Julio de Vido, el tratamiento de un proyecto de ley de resarcimiento y la alerta sobre distintas situaciones que se presentan en las líneas de transporte de pasajeros actualmente.
En lo que respecta a la confirmación de la pena al exministro de Planificación Federal, Julio de Vido, uno de los principales referentes, Pablo Menghini, confirmó que «ya tiene el fallo original del Tribunal Oral Federal y la confirmación de Casación» y que ahora esperan que la condena quede firme por parte de la Corte Suprema.
El documento reitera el pedido para que vuelva a tratarse un «proyecto de ley de resarcimiento a los familiares directos de las víctimas y los heridos» de la tragedia, como ocurrió en casos similares, según indicó Menghini, como el ARA San Juan, Cromañón y AMIA.

«Hay muchos antecedentes de casos similares al nuestro que ya tienen su ley y no tenemos por qué ser la triste excepción, sobre todo cuando la mayoría de las penas de los condenados están cumplidas y no hay que demostrar la responsabilidad del Estado, porque los tribunales fallaron en ese sentido», sostuvo.
Familiares y allegados a las víctimas del caso buscan alertar sobre diferentes situaciones que se han estado presentando en las líneas de transporte de pasajeros y de carga en base a informes de los trabajadores ferroviarios junto al balance anual realizado por los mismos.
En este sentido, explicó: «Nos parece central que seamos vehículo del llamado al diálogo entre trabajadores y los organismos que dependen del Estado y están encargados de la seguridad ferroviaria. Siempre entendimos que era parte de nuestro rol».
El siniestro ocurrió a las 8.33, cuando una formación de la línea Sarmiento no pudo frenar y embistió contra los paragolpes de contención, que tampoco estaban en buen estado, dejando un saldo de 51 personas fallecidas, entre ellas una mujer embarazada.
Se logró rescatar a 702 personas heridas con distintas gravedades, de los cuales 200 fueron trasladados a 13 hospitales de la Ciudad. Uno de ellos fue el conductor del tren Marcos Córdoba, que fue retirado de entre los escombros con múltiples heridas y trasladado en ambulancia.
A las 18, y tras la remoción de gran parte de los escombros, el anuncio oficial fue que habían hallado a 51 víctimas fatales -entre ellos una mujer embarazada- de las cuales tres eran niños. Fue entonces cuando Paolo Menghini Rey inició la búsqueda de su hijo, Lucas, quien había subido en la formación que colisionó en la estación terminal, cuando varios testigos aseguraban que el chico se había bajado.
El 24 de febrero de 2012, luego de que se revisaran las imágenes de las cámaras de seguridad en los andenes, los bomberos encontraron el cuerpo de Lucas Menghini Rey, que se encontraba entre el tercer y cuarto vagón. Días después, comenzó la etapa de instrucción que estuvo a cargo del fiscal federal Federico Delgado, bajo el control del juez de instrucción federal Claudio Bonadío.