Cinco días después de que Rusia anunciara que sus tropas se centrarían en Donbás, un territorio que los separatistas prorrusos controlaban en parte desde 2014, los ataques de las fuerzas de Moscú contra esta zona se han recrudecido. Moscú ha bombardeado hoy zonas residenciales de Lisichansk, una ciudad de 100.000 habitantes de la región de Lugansk.

El gobernador ucranio de la región de Donetsk, Pavlo Kyrylenko, ha afirmado que la situación es difícil en todas las ciudades a lo largo del frente que separa el territorio controlado por el Gobierno de Ucrania de las áreas en poder de los separatistas, con bombardeos de las tropas de Moscú.

Además, Rusia ha lanzado ataques en el norte de Kiev a pesar de que el martes afirmó que reduciría sus operaciones en la capital y en Chernihiv. “La disminución de la actividad en la región de Chernihiv ha sido demostrada por el enemigo llevando a cabo ataques en [la ciudad de] Nizhyn, incluidos ataques aéreos, y durante toda la noche atacaron [la ciudad homónima de] Chernihiv”, ha dicho el gobernador de Chernihiv, Viacheslav Chaus.

En plenos ataques y tras las conversaciones mantenidas ayer con Ucrania en Estambul, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, ha dicho que no hay avances en las negociaciones, aunque sí constata algunos puntos “positivos” en la conversación.