Lionel Messi estuvo lejos de su nivel, pero una genialidad suya sobre la hora le permitió al Inter Miami rescatar un empate a 1 a 1 en su visita a Los Ángeles Galaxy por la segunda fecha de la Major League Soccer.

Los fallos arbitrales marcaron la agenda durante la primera mitad, en la que el conjunto dirigido por Gerardo Tata Martino no jugó para nada bien y se sostuvo en el buen nivel de su arquero Drake Callender, quien a los 20 minutos la atajó un penal a Riqui Puig, otro ex compañero de La Pulga en Barcelona.

Messi finalizó la primera mitad muy enojado con el árbitro Gabriele Ciampi, debutante en la Liga Profesional de los Estados Unidos, por el penal que le sancionó a Sergio Busquets, sobre el delantero ghanés Joseph Paintsil, seguido de una infracción al borde del área grande.

Además, el rosarino también tuvo un intercambio de palabras con el texano Edwin Cerillo, con quien tuvo varios roces y con quien mantuvo un cara a cara intenso.

Los locales, que se pusieron en ventaja temprano en el segundo tiempo a través de Dejan Joveljic, sufrieron la expulsión de Marco Delgado, por doble amonestación, a los 42 de la segunda mitad.

Y cuando parecía otra noche negra para Las Garzas, Messi combinó dos veces con Jordi Alba y metió un tremendo golazo de zurda para delirio de todos sus compañeros.